03 mayo 2013

El periodismo postindustrial y el papel de los periodistas

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El ensayo “Periodismo postindustrial: adaptación al presente” es una obra de referencia a la hora de hablar de la crisis de la prensa. Es recomendado por periodistas, citado en blogs y Google me dio 17.600 resultados buscando el título. Sin embargo, apenas encontré referencias a qué aportan de nuevo sus autores a este debate; así que me propongo resumir en este post una parte de este libro: el apartado sobre cuál es el papel más útil para un periodista en el nuevo ecosistema de las noticias.

La mejor opción es descargar gratuitamente el libro aquí, gracias al Congreso de Periodismo Digital de Huesca, e ir a la fuente directa. Pero al menos espero ofrecer una aproximación que suscite el interés por leerlo entero (algo para lo que también sugiero  leer la presentación de Pepe Cervera, traductor del libro) o baste a los más remisos.
C. W. Anderson, Emily Bell y Clay Shirky, los tres autores de Periodismo postindustrial, parten de la evidencia de que tras la irrupción de internet, la transformación del periodismo para seguir haciendo bien su labor es inevitable y que esos cambios, radicales, afectan a las instituciones, no solo empresas, que difunden información; al mismo ecosistema de las noticias; y, desde luego y en primer lugar, a los periodistas. A cada uno de estos elementos, el ensayo le dedica un apartado, pero me detendré solo en la primera sección del estudio: “qué pueden y deben hacer los periodistas hoy”.
Anderson, Bell y Shirky señalan primero que en el actual ecosistema de las noticias hay nuevos participantes que pueden hacer algunas cosas mejor que los periodistas. En algunos casos, habrá que cederles el sitio, por ejemplo a  las máquinas que redactan  textos  basados en textos estructurados, como comunicados financieros. En otros casos cambia el papel del profesional; así, los testigos y los expertos pueden ahora dar su visión a través de las redes sociales y desplazan al periodista hacia arriba en la cadena editorial: de la notificación a la verificación y la interpretación. Finalmente, en otras ocasiones, obligan a tener en cuenta nuevas fuentes y estrategias de captación de información.
Los periodistas deben centrarse pues en lo que hacen mejor, en las investigaciones que no pueden hacer los algoritmos, como las que exigen valores como responsabilidad (alguien que rinda cuentas), originalidad o comunicación personal. Y ello requiere primero competencias trasversales.
-Mentalidad: un punto de vista que quiere mejorar el periodismo y no simplemente replicarlo o rescatarlo. Comprometerse con el cambio
-Estar en red. Desde siempre, el periodista lleva consigo una red de fuentes y contactos. Se requiere criterio, en especial porque las redes implican proximidad y el periodismo requiere distancia.
-Adaptación a la imagen pública actual. Reporteros, fotógrafos, especialistas en medios sociales… tienen sus responsabilidades en el proceso de narrar las noticias, porque la información se comparte, discute y comenta entiempo real. Esto requiere ejercer los valores de integridad y criterio periodístico de modo consistente y público.

Habilidades concretas

Así llega el ensayo a tratar las habilidades concretas que necesita actualmente el periodista, comentando  las siguientes:
-Conocimiento especializado. Si bien  los autores creen que el coste de contratar especialistas muy cualificados provocará que el periodismo especializado lo hagan expertos que practican el periodismo a tiempo parcial.
-Datos y estadísticas: No es lo mismo disponer de datos que acceder a ellos. Hay que comprender lo que pueden dar las grandes bases de datos, cómo escribir esas historias y de qué manera extraer la clave que de sentido a una información tal vez parcial o defectuosa. Aunque los datos sean públicos, es clave la capacidad de analizarlos para descubrir patrones escondidos a plena vista.
-Entender métricas y audiencias: Comprender cómo se reciben las informaciones y cuáles son las causas de viralidad en el contenido, y capacidad de conocer lo que se lee, escucha o contempla y quién lo hace.
-Programación: Con la estadística, la barrera más importante. Todo periodista tiene que entender en un nivel básico lo que es el código, qué es capaz de hacer y cómo comunicarse con los técnicos en programación.
-Narración de historias: Escribir, filmar… pueden verse afectados por las nuevas tecnologías. Una característica del trabajo con redes y multitudes es la capacidad de selección y agregación; se pueden crear historias sumando contenidos ajenos, lo que implica entender las fuentes y verificar material dispar.
-Gestión de proyectos: La noticia no es ahora una unidad sino una corriente de actividad. El periodista debe ser capaz de hacerse cargo de todas las partes del proceso y entender cómo se pueden juntar para producir algo que funcione. Tiene que colaborar con la tecnología, las multitudes y los socios para que le ayuden en  la considerable tarea de informar de lo que pasa.
-Cintas sinfín: La tecnología y la economía han cambiado el periodismo de forma tan radical que no queda una industria a la que incorporarse ni una carrera profesional. La información de poco valor no sobrevivirá, pero los periodistas de calidad tendrán más autonomía y control creativo sobre su trabajo, con independencia de cómo se mantenga. No temer experiencias como la autopublicación.

Termino señalando que la opinión del ensayo es que el periodismo va a empeorar mucho antes de mejorar y que las ideas expuestas solo aspiran a “poner límites al alcance, la profundidad y la duración de ese deterioro”.

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