George Orwell, que nunca dejó de criticar los malos usos del lenguaje, señaló: "La buena prosa es como el cristal de la ventana" y esa frase ha servido al periodista William Lyon para titular La escritura transparente, una guía práctica de redacción que deja bien claro su objetivo ya desde su inicio: "Cómo conectar con el lector".
El libro es útil para redactar cualquier clase de texto, como una carta comercial o un informe empresarial, pero se dirige sobre todo a los periodistas que busquen "contar una noticia de la manera más clara y directa posible". Y es todo un toque de atención ante la masa de artículos confusos, pedantes, hinchados, anodinos o con mal estilo que abundan en todos los medios.
No se pueden resumir en un simple post todos los consejos, ejemplos prácticos y recursos que da La escritura trasparente (además de un anecdotario sobre la profesión "e incluso alguna amena anotación en torno al carácter ibérico"). Señalo cuatro de las ideas más destacables para mí, dejando de lado otras referentes a temas ya tratados en este blog, como la claridad o el lenguaje.
Reivindicar la función del editor
Lyon incide en la importancia del trabajo de edición, en su sentido de adaptar un texto para su publicación, buscar mejorar su estilo y contenido, y lamenta que sea una labor ignorada y menospreciada en España.
El autor trabajó como editor en los diarios El País y El Sol y para ejercer esta labor recomienda notar la primera reacción al texto leyendo el texto completo antes de hacer ningún cambio, pero anotando todas las dudas, antes de que la familiaridad con el contenido las oculte.
Y como el redactor es el primer y a veces único editor, dos consejos más: leer siempre en voz alta lo que se escribe y dejar que un tercero lea tu texto final.
Pensar en el lector
"El periodista no escribe para lucirse ante los especialistas, ni para complacer a un entrevistado, ni para deslumbrar con un estilo brillante", recuerda William Lyon. La intención debe ser que el lector comprenda la historia perfectamente y para ello hay que guiarlo, darle la información de fondo necesaria, solucionar sus posibles dudas.
Lyon recuerda que en la agencia de noticias UPI se instaba a pensar en que las noticias las entendiera "el lechero de Kansas" y para quienes temen "escribir para tontos" recuerda esta frase del periodista Tom Radford: "Nadie se va a quejar porque hayas hecho algo demasiado fácil de entender".
Organizar la información
La edición comienza por planificar lo que se va a escribir: qué se cuenta, dónde se cuenta y con cuánta extensión, y organizarlo en torno al contenido fundamental de la noticia, la nuez.
No formular claramente este contenido desde el inicio, enterrar la entradilla en palabras de Wiliam Lyon, es uno de los errores que hay que evitar. Pero igualmente es equivocado querer decir todo de entrada. Incluso explicar cabalmente las 5 W puede dar lugar a párrafos largos y confusos, por lo que hay que proporcionar la información necesaria en cada momento.
En el desarrollo de la noticia, las mejores transiciones son las lógicas, que surjan de manera natural de lo que se cuenta en el texto.
Entradillas que enganchen
La escritura trasparente formula el descubrimiento de la Teoría Unificada de los Comienzos de Artículos Periodísticos, que asegura que en casi cualquier texto informativo bien escrito aparecen tres elementos con lo que se logra enganchar al lector e impulsarle a la lectura: Llamada de atención, ampliación de la información y cita directa.
Es decir, la nuez de la noticia se debe formular sumando un hecho que sorprenda de algún modo, un guiño al receptor; un bloque que aporte más datos y aumente el interés; un testimonio (testigo, experto...) que avale ese interés.
Lyon señala que estos tres elementos pueden tener una extensión variable, desde una sola frase a párrafos, y que pueden aparecer en cualquier orden (aunque critica el recurso de comenzar una crónica con una cita como ejemplo de mala preparación), pero que los tres son necesarios y si falta alguno la noticia suele ser endeble.