Por paradójico que resulte, uno de los efectos de la crisis que vive el periodismo es la abundancia y diversidad de nuevas cabeceras en la red. No dejan de surgir proyectos que apuestan por una personalidad propia y diferente, como medio de llegar al público y lograr rentabilidad, partiendo de ideas muy diversas. Así se pudo ver en la I Jornada de Periodismo Literario, organizada por la revista universitaria Zero Grados, que reunió en Zaragoza a representantes de cuatro publicaciones online: FronteraD, Altaïr Magazine, El Estado Mental y Píkara. Unos proyectos que Toño Angulo, periodista de El Estado Mental, comparó con "pájaros echados a una mina para ver si hay aire respirable" y que los grandes medios observan antes de bajar en persona.
A la espera de demostrar que han encontrado algunas claves del periodismo innovador, los participantes en esta jornada explicaron las bases, metas y dudas (económicas) de unas iniciativas que se atreven a plantear nuevas formas de hacer periodismo. De momento, todos los ponentes coincidieron en destacar, de una u otra forma, que estos proyectos les han permitido hacer cosas que en redacciones anteriores, y tradicionales, les fueron imposibles.
Cuatro apuestas
Alfonso Armada, editor de FronteraD, defendió la tradición del reporterismo clásico señalando como "gran fallo" de la prensa el haber "dejado de contar historias". Según señaló, "los medios se dedican a fragmentar historias las personas creen que el mundo es incomprensible", ante lo que propuso bases como "romper la necesidad de darse prisa" o "poner la oreja en el suelo y escuchar". En suma, una reivindicación de la tradición del periodismo anglosajón de buscar la precisión, el rigor y la verificación de los hechos.
Frente a esta visión, Pere Ortín, director de Altaïr Magazine, afirmó: "Si buscas la verdad, lee la Torah, la Biblia o el Corán, no hagas periodismo" y calificó su revista de viajes como "un espejo deformado y deformante de una realidad deformada y deformante". Entre las ideas que apuntó: partir de dudas ("¿por qué el hombre blanco tiene derecho a contar a los otros?", "viajamos para reinterpretar lo que vemos"), ambición de calidad ("no nos vale solo con bonito"), espíritu global ("por ejemplo no editamos el español latinoamericano"), visión artística ("que nuestro trabajo no sea realismo social, tan aburrido") y honestidad con el lector ("contamos al lector cómo hacemos nuestro trabajo"). Por otra parte Ortín incidió en la necesidad de que tras la tecnología se use "con una idea detrás", señalando que Altaïr "es lo menos parecido a un blog. Tenemos un CSR propio que hace lo que queremos, no lo que WordPress quiere".
Por su parte, Toño Angulo presentó El Estado Mental como "un experimento en permanente revisión" con la que se busca "reflexionar sobre el espíritu de la época" y la calificó "no como revista cultural al viejo uso, donde lo cultural es parasitario de la industria cultural; preferimos ser una revista sociocultural, de diálogo público", oponiéndola "a la policía del karma que nos dice qué ver, qué leer y dónde ir". El periodista resaltó que frente a la abundancia de información que se recibe, lo que se pretende es "cambiar al paradigma de conocimiento" mediante crónicas de autor, que reivindican la creación literaria "y no el pacto tácito de contar hechos comprobables".
Finalmente, June Fernández, directora de la revista Píkara, reinvindicó la visión más militante del periodismo, como "herramienta de transformación social"; concretamente apostando por el enfoque de género para ser "unas gafas que corrigen la miopía que implica el sexismo". Fernández defendió que Píkara pretende animar a medios e instituciones a dar más visibilidad a cuestiones como la presencia de las mujeres, el sexo o el machismo oculto en la sociedad, pero yendo "más allá del feminismo tradicional", sin renunciar a "reírnos de nosotras mismas"; y aseguró que es un punto de partida "para ser mejores periodistas".
En suma, los cuatro proyectos presentados traslucen las eternas cuestiones de debate en el periodismo, pero animan a, volviendo a citar a Toño Angulo, a "recuperar el espíritu de aventura"; a apostar por hacer lo que gusta y explorar.
(Fotografía: Zerogrados)
