22 septiembre 2014

Una guía de redacción desde la filosofía del lenguaje

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En este blog ya he tratado de las características del lenguaje periodístico, comentando los malos usos denunciados por analistas como George Orwell o Alex Grijelmo. Desde la perspectiva contraria cabe preguntarse qué define entonces al buen lenguaje informativo y una respuesta especialmente interesante la encontramos no en un teórico del periodismo, sino en un filósofo del lenguaje: Paul Grice y sus máximas conversacionales.
Este pensador fijó una serie de principios que señalan cómo ha de ser lo que se dice en una conversación para que sea lo más eficaz posible. Es decir, normas que describen cualquier conversación, pero que resultan ajustarse perfectamente a lo que es el periodismo.

Las ocho reglas
Las máximas de Grice son cuatro, pero se concretan a su vez en "submáximas", dando lugar a estas ocho reglas:

Máxima de cantidad
1. Da tanta información como sea precisa
2. No des más información de la que sea necesaria
Máxima de calidad
3. No digas nada que creas que es falso
4. No digas nada si no tienes pruebas suficientes de su veracidad
Máxima de pertinencia
5. Sé relevante
Máxima de claridad
6. Evita la oscuridad en la expresión
7. Evita la ambigüedad
8. Sé breve

Ciertamente en cualquier conversación de la vida cotidiana estas normas se violan en mayor o menor grado, pero no se trata aquí de entrar en un análisis detallado de esta teoría, sino en su relación con la información. Citando una frase de wikipedia: "Si aplicamos estrictamente las máximas hablar es simplemente transmitir una serie de datos verdaderos y necesarios sin ambigüedad". ¿No parece una definición exacta de a lo que debe aspirar un periodista en su trabajo?

Guía básica
En su interpretación más pedestre, estas ocho máximas dicen que no hay que ser mentiroso, pelmazo o confuso, pero claramente van más allá y son una guía básica para redactar y revisar cualquier texto informativo haciéndose preguntas del tipo ¿se entiende bien esta expresión?, ¿está bien argumentado este dato?, ¿es necesaria o falta aquí una aclaración? Cualquier norma de un libro de estilo de periodismo, desde citar las fuentes a poner el cargo de las personas, puede argumentarse como una concreción de estas máximas.
Una crítica posible es que este modelo no considera el estilo ni la calidad literaria y que no deja lugar para ninguna labor creativa. Pero lo cierto es que la máxima de relevancia implica buscar la atención del receptor y por tanto cuidar el lenguaje y usar toda clase de sus recursos; siempre, claro, que no afecten a las máximas de claridad.


(Imagen: esquema básico de la comunicación publicada en Wikipedia bajo licencia CC-by)

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