Martín Caparrós nació en Buenos Aires, en 1957; es escritor
y periodista, ganador de premios como el Planeta y el Rey de España. Con pocos
más datos se presenta él mismo en su blog, aunque en su carrera suma premios y
reconocimientos, como director de revistas, locutor en radio y televisión y,
sobre todo, autor de reportajes de viaje por los que ha sido calificado como
“el mejor cronista actual de América Latina”. Su visión de la crónica y sus
posibilidades narrativas puede resumirse en estas diez normas, elaboradas a
partir de una charla de Caparrós en la Universidad de Zaragoza y uno de los
textos más citados del periodista: su ponencia en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, titulada
precisamente “Por la crónica”.
1. Hacer literatura. Aprovechar las posibilidades del
lenguaje la capacidad de hacer aquello que no puede la imagen: armar un clima,
crear un personaje, pensar una cuestión.
2. Sumar a la escritura, la mirada: el cronista debe saber
que todo lo que se le cruza puede ser materia de su historia. Por tanto debe
mantener una atención constante, de cazador primitivo, atento permanentemente a
que salte la liebre.
3. Buscar no lo
extraordinario, sino el interés de lo cotidiano. Si la información tradicional
consiste en contar lo que le pasa a la poca gente que tiene poder, la crónica apuesta
por encontrar en lo común lo que merece la pena ser contado y conseguir que el
lector se interese. El efecto aleph (por el cuento de Borges) se puede producir
en cualquier lugar: desde cualquier punto se puede ver el mundo.
4. Documentarse,
teniendo en cuenta que con Google la clave ha pasado de ser encontrar datos a
desechar datos, pero saber que la base de la crónica es el choque entre lo que
esperamos y lo que encontramos.
5. Escribir en primera persona. No, necesariamente, en
primera persona gramatical, sino mostrando sin miedo que hay un yo que cuenta;
ser honesto, pero no pretender que lo que se cuenta es la única verdad, sino
una de las miradas posibles.
6. No confundir escribir
en primera persona y escribir sobre la primera persona. El cronista que habla
más de sí que del mundo deja de ser cronista. (Nota: un tema del que ya hablé
en este post).
7. No sintetizar lo que -se supone- sucedió, sino ponerlo en
escena. Dejar que el lector reaccione, no decirle cómo debe reaccionar: No
decir “la escena era conmovedora”, sino hacerlo ver.
8. Permitirse la duda.
9. Buscar siempre nuevas formas de contar la vida.
10. Negarse a convertirse en la guinda del pastel, el adorno
en la máquina de crear realidad que son los medios. La crónica será marginal o
no será.
Para ver cómo lleva a la práctica sus propios principios Martín
Caparrós, solo queda leer algunas de sus crónicas de viajes o su blog
Pamplinas, que publica regularmente en El País.
GRACIAS
ResponderEliminarGracias a ti. Me alegro de que te haya gustado el artículo... aunque el mérito sea todo de Martín Caparrós
Eliminarse puede dar el caso de que alterne entre primera y tercera persona?
ResponderEliminarNaturalmente, la primera norma que plantea Caparrós es "hacer literatura" y eso conlleva que se pueden utilizar los más variados recursos de estilo. Eso sí, siempre y cuando estén justificados para conseguir no solo llamar la atención del lector, sino para ayudar a su claridad y comprensión.
EliminarEl caso concreto de alternar entre la primera y tercera persona puede ser útil, por ejemplo, para combinar el repaso a la vida de un personaje (tercera) y la narración de una entrevista del periodista con él (primera).
Gracias por nad no está bn esplicada gas pero bno gracias
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