El ensayo “Periodismo postindustrial: adaptación al
presente” es una obra de referencia a la hora de hablar de la crisis de la
prensa. Es recomendado por periodistas, citado en blogs y Google me dio 17.600 resultados
buscando el título. Sin embargo, apenas encontré referencias a qué aportan de
nuevo sus autores a este debate; así que me propongo resumir en este post una
parte de este libro: el apartado sobre cuál es el papel más útil para un
periodista en el nuevo ecosistema de las noticias.
La mejor opción es descargar gratuitamente el libro aquí,
gracias al Congreso de Periodismo Digital de Huesca, e ir a la fuente directa.
Pero al menos espero ofrecer una aproximación que suscite el interés por leerlo
entero (algo para lo que también sugiero
leer la presentación de Pepe Cervera, traductor del libro) o baste a los
más remisos.
C. W. Anderson, Emily Bell y Clay Shirky, los tres autores
de Periodismo postindustrial, parten de la evidencia de que tras la irrupción
de internet, la transformación del periodismo para seguir haciendo bien su
labor es inevitable y que esos cambios, radicales, afectan a las instituciones,
no solo empresas, que difunden información; al mismo ecosistema de las
noticias; y, desde luego y en primer lugar, a los periodistas. A cada uno de estos
elementos, el ensayo le dedica un apartado, pero me detendré solo en la primera
sección del estudio: “qué pueden y deben hacer los periodistas hoy”.
Anderson, Bell y Shirky señalan primero que en el actual
ecosistema de las noticias hay nuevos participantes que pueden hacer algunas cosas
mejor que los periodistas. En algunos casos, habrá que cederles el sitio, por
ejemplo a las máquinas que redactan textos
basados en textos estructurados, como comunicados financieros. En otros
casos cambia el papel del profesional; así, los testigos y los expertos pueden
ahora dar su visión a través de las redes sociales y desplazan al periodista
hacia arriba en la cadena editorial: de la notificación a la verificación y la
interpretación. Finalmente, en otras ocasiones, obligan a tener en cuenta
nuevas fuentes y estrategias de captación de información.
Los periodistas deben centrarse pues en lo que hacen mejor,
en las investigaciones que no pueden hacer los algoritmos, como las que exigen
valores como responsabilidad (alguien que rinda cuentas), originalidad o
comunicación personal. Y ello requiere primero competencias trasversales.
-Mentalidad: un punto de vista que quiere mejorar el
periodismo y no simplemente replicarlo o rescatarlo. Comprometerse con el
cambio
-Estar en red. Desde siempre, el periodista lleva consigo
una red de fuentes y contactos. Se requiere criterio, en especial porque las
redes implican proximidad y el periodismo requiere distancia.
-Adaptación a la imagen pública actual. Reporteros,
fotógrafos, especialistas en medios sociales… tienen sus responsabilidades en
el proceso de narrar las noticias, porque la información se comparte, discute y
comenta entiempo real. Esto requiere ejercer los valores de integridad y
criterio periodístico de modo consistente y público.
Habilidades concretas
Así llega el ensayo a tratar las habilidades concretas que
necesita actualmente el periodista, comentando las siguientes:
-Conocimiento especializado. Si bien los autores creen que el coste de contratar
especialistas muy cualificados provocará que el periodismo especializado lo
hagan expertos que practican el periodismo a tiempo parcial.
-Datos y estadísticas: No es lo mismo disponer de datos que
acceder a ellos. Hay que comprender lo que pueden dar las grandes bases de
datos, cómo escribir esas historias y de qué manera extraer la clave que de
sentido a una información tal vez parcial o defectuosa. Aunque los datos sean
públicos, es clave la capacidad de analizarlos para descubrir patrones escondidos
a plena vista.
-Entender métricas y audiencias: Comprender cómo se reciben
las informaciones y cuáles son las causas de viralidad en el contenido, y
capacidad de conocer lo que se lee, escucha o contempla y quién lo hace.
-Programación: Con la estadística, la barrera más
importante. Todo periodista tiene que entender en un nivel básico lo que es el
código, qué es capaz de hacer y cómo comunicarse con los técnicos en
programación.
-Narración de historias: Escribir, filmar… pueden verse
afectados por las nuevas tecnologías. Una característica del trabajo con redes
y multitudes es la capacidad de selección y agregación; se pueden crear
historias sumando contenidos ajenos, lo que implica entender las fuentes y
verificar material dispar.
-Gestión de proyectos: La noticia no es ahora una unidad
sino una corriente de actividad. El periodista debe ser capaz de hacerse cargo
de todas las partes del proceso y entender cómo se pueden juntar para producir
algo que funcione. Tiene que colaborar con la tecnología, las multitudes y los
socios para que le ayuden en la
considerable tarea de informar de lo que pasa.
-Cintas sinfín: La tecnología y la economía han cambiado el
periodismo de forma tan radical que no queda una industria a la que
incorporarse ni una carrera profesional. La información de poco valor no
sobrevivirá, pero los periodistas de calidad tendrán más autonomía y control
creativo sobre su trabajo, con independencia de cómo se mantenga. No temer
experiencias como la autopublicación.
Termino señalando que la opinión del ensayo es que el
periodismo va a empeorar mucho antes de mejorar y que las ideas expuestas solo
aspiran a “poner límites al alcance, la profundidad y la duración de ese
deterioro”.